Historias

Sarita y Vicky

Las caritas risueñas de estas pequeñas violinistas nos confirman que la música ya hace parte de sus sueños. Las hemos visto crecer en las aulas de la fundación, con sus miradas inquietas, sus constantes preguntas y su infaltable picardía. Las dos son luz para la Fundación, y ha sido un gozo verlas crecer y oírlas interpretar sus instrumentos, ahora que forman parte de la Orquesta de Cámara. Sigan sonriendo pequeñas, que Dios acompañe sus caminos y que la música sea su compañera por siempre.

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