Qué alegría oír a Sara Ximena leer los cuentos que tanto le gustan y ver su interés por respetar los signos de puntuación y la entonación de cada párrafo. Nos parece verla cuando llegó a la Fundación con solo cinco años y se inventaba los diálogos de sus libros preferidos. Ese deseo de leer la impulsó a trabajar con dedicación en el aula de clase. Aprendió las vocales, las consonantes, las sílabas iniciales, y así se abrió para ella un mundo jamás imaginado. Por eso hoy quiere llevar libros a su casa y seguir leyendo cuando termina sus actividades escolares. Qué gusto da ver a los niños cuando descubren la magia de las palabras, por eso la Fundación se preocupa por ofrecerles los mejores libros para cada edad y así despertar en ellos el amor por el conocimiento.