Historias de Amor y Futuro

JULIAN BETANCOURT ARAGÓN

Chef - Flautista

Julián Llegó a la Fundación cuando tenía cinco años. Estudió en el Colegio Nuevo Horizonte y siempre obtuvo el primer puesto de su salón. Dedicado y comprometido, se destacó como el mejor estudiante en toda la primaria. Estos resultados fueron la base para que la Fundación lo escogiera como un candidato para el Colegio San Benito, que ofrecía a los jóvenes estudiantes unas bases académicas sólidas que le permitirían, como el buen estudiante que era, sobresalir y aspirar a una carrera universitaria.

Julián encontró en la música un camino de realización y gozo en su adolescencia, experimentó con muchos instrumentos —piano, guitarra, violín— hasta que encontró en la flauta el mayor atractivo. Hoy en día Julián es un gran flautista y forma parte de la Orquesta de Cámara de la Fundación. Y aunque la música es parte de su vida, otras dos pasiones —aún más fuertes— decidirían su futuro profesional.

 

En los últimos años de secundaria Julián se debatía entre el gusto por la historia —que era su pasión— y el gusto por la cocina como carrera profesional.

En esta incertidumbre por su futuro profesional, se presentó al programa del gobierno Jóvenes a la U, pero desafortunadamente no logró el puntaje exigido. Esto no podía frustrar el camino de un estudiante brillante y dedicado como Julián. Porque este muchacho siempre brilló por su carisma y su gran corazón. Fabiola Cortés, su esposo Edmundo y su hijo Jaime tenían claro que este muchacho se merecía un apoyo para abrir un camino que le ofreciera un futuro mejor. 

De tal manera, se tocó de nuevo la puerta de unos padrinos que han apoyado a la Fundación con mucha generosidad siempre, para que lo acogieran como ahijado y pudieran asumir los costos de sus semestres universitarios. Y así se hizo.
Faltaba definir el camino que Julián escogería. Gracias a una invitación, asistió un día a la Academia Mariano Moreno y esa práctica lo hizo decidir sin ninguna duda su camino: ganó el deseo de desarrollar su creatividad y su paladar en una escuela de cocina. 

"Doña Fabiola ha sido lo más importante en mi vida, no puedo ni pensar en que algún día me falte. Ella me ha dado tanto amor siempre, cada día le pido a Dios que la tengamos muchos años más entre nosotros"

"Quiero ser padrino de la Fundación cuando sea profesional, quiero hacer por otros niños lo que hicieron conmigo: apoyarme, cambiar mi futuro."

"De don Edmundo agradezco que me transmitió la pasión que siento por la historia, me enseñó a investigar, a ser crítico. ¡Ah! y por supuesto a jugar ajedrez."

Julián se presentó a unas de las más prestigiosas escuelas de la ciudad —El Gato Dumas— y obtuvo el cupo deseado. Hoy en día Julián cursa el segundo año de su carrera y se ha destacado como un excelente estudiante, como lo ha sido siempre.

Para Julián la Fundación ha sido no solo su segundo hogar, sino el espacio en el que ha recibido amor, guía y compañía. Recuerda con infinita gratitud y cariño a la profesora Elizabeth, gran educadora que acompañó a los niños por muchos años, formándolos en el amor y también en la disciplina, el buen comportamiento y la exigencia para sacar lo mejor de ellos.
Julián es consciente del impulso que logró en él la Fundación, porque no solo en lo académico se vio apoyado, sino en lo material y emocional. Desde que llegó la primera vez, hasta hoy —ya que no deja de asistir a la Fundación para apoyar en lo que se necesite— su gratitud por Fabiola, a la que considera “su abuela” es inmensa.
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